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Las novedades del programa científico antártico nacional

⊛ 1 de Dic del 2014 ☉ Artículos de prensa ⎙ Print

1-dic

Por José Retamales Espinoza
Director Nacional del Instituto Antártico Chileno

Un programa científico que no cambia se arriesga a perder de vista su objeto de estudio y perseguir sólo el fantasma de algo que no está más. La Antártica, al contrario de la imagen congelada que proyecta, es un continente en el que se están produciendo profundas transformaciones.

Por ello, hemos reestructurado nuestro nuevo Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN) procurando mantener un vínculo con los programas vigentes del Comité Internacional sobre Investigación Científica Antártica (SCAR), tal como lo hicimos hace siete años, y estableciendo una sintonía más fina con la indagación del estado del Continente Blanco, sus dinámicas, relaciones y las tendencias que es posible observar en los planos físico y ecosistémico.

Las nuevas líneas de investigación que gobernarán la ciencia antártica nacional para las próximas temporadas polares son:

I. Estado del ecosistema antártico.
II. Umbrales antárticos: resiliencia y adaptación del ecosistema.
III. Cambio climático en la Antártica.
IV. Ciencias geofísicas y astronómicas.

V. Microbiología, biología molecular y biotecnología antártica.
VI. Medioambiente antártico.

De esta forma, confirmamos nuestro deseo de impulsar una ciencia que contribuya a la comprensión de los fenómenos que nos preocupan como sociedad global, fomente la inserción en redes internacionales y sirva al desarrollo del país.

Para lograr esto, Chile ha realizado un esfuerzo importante en la formación de recursos humanos avanzados y en la implementación de una infraestructura adecuada al nivel de estos estudios en prácticamente todas sus bases antárticas y en laboratorios de Punta Arenas y Santiago.

Además, el país ha reactivado su presencia más allá del círculo polar antártico con la base “Glaciar Unión” (79° 46’ S, 82° 54’ W) y está potenciando fuertemente sus instalaciones científicas en el sector de la península Antártica, por ejemplo, con la rehabilitación de la base “Yelcho”, en la isla Doumer (64° 52’ S, 63° 35’ W) y la pronta operación de dos naves de 25 metros de eslora, equipadas con laboratorios.

De esta forma, la ciencia chilena -como nunca antes- está trabajando desde la costa noreste de la isla Rey Jorge, pasando por bahía Margarita (sector de la base Carvajal, de Chile), hasta el sector del glaciar Unión en el continente, a sólo 1080 km de distancia del polo sur.

Este ostensible crecimiento ha sido gracias a que hemos aumentado y diversificado las fuentes de financiamiento de la ciencia antártica polar, incorporando y haciendo alianzas estratégicas con agencias como CONICYT y sus principales programas de apoyo a la investigación nacional, y CORFO, entre otras instituciones.

Con orgullo podemos contar que nuestra Expedición Científica Antártica (ECA) número 51 contempla la participación de un total de 171 investigadores asociados, 34 de ellos extranjeros. El movimiento total de pasajeros (incluyendo personal logístico, de actividades educativas y de colaboración con programas antárticos de otros países), alcanzará a 418 pasajeros, 124 de ellos extranjeros.

Así, en esta temporada 2014-2015, 63 proyectos desarrollarán actividades de terreno en la Antártica, de un total de 81 proyectos que integran nuestro programa científico, conformando la mayor expedición chilena de la historia en ese territorio.

Hoy podemos afirmar con certeza que Chile es un país que busca dar oportunidades a todos sus habitantes y el Continente Blanco no está ajeno a este deseo. Al contrario, el programa científico nacional ha abierto sus puertas para que investigadores de diferentes niveles, desde aquellos que recién comienzan hasta aquellos capaces de formar grandes grupos de investigación multidisciplinaria, puedan postular y financiar sus proyectos. Esto ha permitido un notable crecimiento y rejuvenecimiento de la comunidad antártica nacional.

Actualmente la Antártica es una ventana perfecta para descifrar los signos de un mundo en constante cambio y es igualmente un lugar de encuentro con países de las más diversas culturas y latitudes, especialmente con aquellos del cono sur americano, que comparten nuestra vocación polar centrada en el avance del conocimiento y la cooperación internacional.