«El Año Polar Internacional ha dado lugar a nuevos objetivos científicos»
El pasado 30 de septiembre el Comité Científico de Investigación Antártica (Scientific Committee on Antarctic Research, SCAR) fue galardonado con el prestigioso premio de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, en la categoría Biodiversidad, un reconocimiento que refleja el impacto de este órgano internacional con más de 50 años de existencia. A la cabeza del SCAR desde el año 2012 está el geólogo español Jerónimo López Martínez (doctor en Ciencias Geológicas y profesor de Geodinámica Externa de la Universidad Autónoma de Madrid), con quien tuvimos la oportunidad de conversar sobre el momento de este importante órgano científico en medio de la XXV Reunión Anual del Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP), celebrada en Seúl, Corea. Desde el año 1989 realiza investigaciones en el Continente Blanco, donde entre otras cosas, ha escalado el monte Vinson. López ha estado varias veces en Chile y mantiene contacto con colegas nacionales.
¿Cuáles son los principales cambios que está llevando adelante el SCAR en este período?
Jerónimo López (J. L.): El SCAR se encuentra en un período de actividad considerable. Tras los cambios habidos en los años anteriores y con su renovada estructura ya asentada, ha iniciado su andadura en 2013 una segunda generación de sus proyectos científicos (SCAR Scientific Research Projects). Estos proyectos marcan las líneas principales de investigación del SCAR y los primeros comenzaron en el año 2004. Son proyectos que duran de 6 a 8 años, con revisiones intermedias. También está en marcha una iniciativa que ayudará a identificar las futuras orientaciones de la investigación en la Antártida (el SCAR Science Horizon Scan). Las bases científicas para la estrategia de conservación de la Antártida es otra de las iniciativas importantes en curso en el seno del SCAR.
¿Por qué cambiaron esos proyectos científicos?
J. L.: Porque se procura atender a cuestiones que son relevantes y que requieren de cooperación internacional, las cuales van evolucionando y no son siempre las mismas. Seis u ocho años después de haberse planteado unos proyectos se dispone de nueva información y eso permite plantear nuevos objetivos. Se trata de proyectos que pretenden reunir en ellos contribuciones procedentes de la comunidad científica internacional. Es la dinámica de la propia comunidad científica la que, aprovechando el marco que proporciona el SCAR, elabora nuevas propuestas, que se aprueban tras un proceso de discusión y evaluación.
¿Cómo están configurados estos nuevos proyectos?
J. L.: Se realizan reuniones o workshops de los grupos que los promueven, los científicos de diferentes países tienen oportunidad de reunirse en los congresos y reuniones del SCAR donde avanza la elaboración de las propuestas. En ciertos casos es una evolución de proyectos anteriores, que se adaptan a nuevas circunstancias y objetivos. Estos proyectos abarcan temáticas amplias y permiten una participación interdisciplinar, de modo que se puede contribuir a ellos desde varios de los campos correspondientes a los grupos científicos estables del SCAR: Ciencias de la Tierra, Ciencias de la Vida y Ciencias Físicas. Los detalles sobre los nuevos proyectos y sus datos de contacto pueden ser consultados en la página web del SCAR (www.scar.org). En este momento, era lógica una evolución de los proyectos anteriores después de haberse celebrado el Año Polar Internacional 2007-2008 (API), que fue un esfuerzo extraordinario de investigaciones coordinadas internacionalmente (www.ipy.org). Eso ha dado lugar, por un lado, a la identificación de nuevos objetivos científicos y, por otro, a una mejora en las redes de observación tanto en el ámbito marino como en tierra, en las bases y desde satélites. Además, el Año Polar Internacional produjo, entre otras cosas, avances en la conexión entre la comunidad científica.
¿Cómo se vincula la reformulación de los proyectos científicos del SCAR con la iniciativa que están llevando a cabo de pensar en la ciencia antártica del futuro?
J. L.: El SCAR Science Horizon Scan, iniciativa que el SCAR está desarrollando en la actualidad, es posterior a la definición de los citados proyectos y tiene otra escala. Es efectivamente una mirada hacia el futuro para tratar de identificar las principales preguntas científicas a las que la ciencia debería dar respuesta en las próximas dos décadas mediante la investigación en la Antártida. Es una mirada más allá de lo inmediato y un esfuerzo hecho desde la misma comunidad investigadora. Se trata de un proceso abierto y que se ve beneficiado por la amplia participación de la comunidad científica. Se ha pedido que, a través de una página web, los investigadores formulasen una serie de preguntas científicas a resolver en las próximas dos décadas, que fuesen clave desde su perspectiva.
Se recibieron un millar de preguntas que están siendo analizadas y constituyen la base para la discusión que sobre este tema realizará, en abril de 2014, un grupo de unos 70 expertos. Para seleccionar ese grupo de expertos se recibieron alrededor de 500 nominaciones por parte de la comunidad científica. En este ejercicio se está aplicando una metodología probada con anterioridad en ciertos campos de la ciencia. Existen publicaciones al respecto y hay expertos en este tema, algunos de los cuales forman parte del comité que desarrolla este proyecto.
Esperamos que los resultados del Science Horizon Scan serán útiles a la comunidad científica y también a los órganos financiadores de la ciencia en los distintos países, así como a los Programas Antárticos Nacionales, que podrán valorar posibles orientaciones de sus convocatorias y eventuales infraestructuras y apoyos logísticos que podría requerir la evolución de la ciencia antártica en el futuro.
¿Cuáles son los principales desafíos para usted como presidente del SCAR?
J. L.: En primer lugar, me gustaría decir que para mí es un gran honor haber sido elegido presidente del SCAR, además de un reto y una responsabilidad, porque el SCAR es una organización muy prestigiosa, con una sólida, seria y fructífera trayectoria a lo largo de 55 años.
Creo que es importante que el SCAR siga manteniendo su prestigio y si es posible lo incremente. Debe continuar promoviendo la calidad y la coordinación de la investigación científica que se realiza en la Antártida, a la vez que desarrollando su papel asesor en temas científicos dentro del Sistema del Tratado Antártico y en otros órganos internacionales, como la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático y el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático). Las relaciones con los demás órganos del Sistema del Tratado Antártico deben ser fluidas y de colaboración, promoviendo las sinergias, teniendo un papel destacado la relación entre el SCAR y el Consejo de Administradores de los Programas Antárticos Nacionales (COMNAP).
El SCAR ha avanzado mucho, en particular en los últimos años, y durante el periodo de mi presidencia deseo contribuir a continuar y reforzar esa trayectoria. Me gustaría que la comunidad del SCAR aumentase en número y, sobre todo, en interrelación y colaboración, y que el SCAR incremente su proyección. Soy consciente de que hay realidades muy diferentes en los distintos países que integran el SCAR. Existen diferencias en el tamaño de los programas antárticos, en la inversión económica y también de culturas en las comunidades que constituyen nuestra organización, y creo que esto es una riqueza muy grande. Hoy el SCAR lo integran 37 países, además de 9 uniones científicas internacionales, lo que supone una gran diversidad. Me gustaría que el SCAR pudiera ser útil a sus miembros y contribuir a reforzar la coordinación de las actividades científicas que estos realizan. También creo que hay oportunidades para que nuevos países se incorporen al SCAR y en la actualidad mantenemos contactos para ello.
Para que el SCAR pueda realizar una labor eficaz necesita medios económicos más allá de las contribuciones anuales de sus miembros. Este es un reto importante en el que estamos trabajando y al que contribuirá el que el SCAR incremente su visibilidad y proyección. El premio recientemente recibido en Mónaco es una buena ayuda en ese sentido.
¿Cómo estimular la participación de los científicos chilenos en el SCAR?
J. L.: La comunidad científica chilena está desde hace tiempo bien conectada con el SCAR. Desde el SCAR seguiremos facilitando la presencia de científicos chilenos en órganos, congresos y otras actividades internacionales. Facilitaremos la llegada de información mediante nuestros boletines y a través de la página web (www.scar.org), que precisamente en este momento se encuentra en renovación y modernización. El SCAR está construido por los comités nacionales de los países miembros y eso le da un papel importante al Comité Nacional del SCAR en Chile. Sus miembros son quienes representan y están más cercanos a la realidad de la comunidad científica chilena. Su labor de enlace entre el ámbito nacional y el SCAR es muy importante. Será de gran ayuda que los científicos chilenos participen en las citas claves del SCAR. En ellas se produce la interrelación con los demás colegas, se favorece la participación en proyectos, iniciativas y grupos de trabajo.
El avance de la ciencia en la Antártida requiere la contribución de la comunidad y, a la vez, la activa participación en el seno del SCAR es beneficiosa para los científicos y para sus países. Por eso el SCAR favorece la participación internacional, en particular la de los jóvenes investigadores, apoyando su asistencia a las citas importantes y también otorgándoles un papel en la propia organización de las actividades. Esto tiene una doble ventaja, se cuenta con su empuje y capacidades y se favorece el aprendizaje de las nuevas generaciones. El apoyo desde el ámbito nacional es esencial para que los científicos del país contribuyan a la investigación en la Antártida, así como a elaborar y difundir las directrices internacionales.
Por Reiner Canales C.
INACH.