Por Ing. Félix Bartsch Jefe Departamento Expedición Científica Antártica (INACH)
Tan cerca y tan lejos. Desde Punta Arenas solo nos separan 1230 km de la Antártica en línea recta, prácticamente la misma distancia hasta Puerto Montt, lo cual se traduce en poco más de 2 horas en avión o 3 días en barco. Un viaje que para cualquier otro país significaría apenas el comienzo de su travesía para llegar a este continente inhóspito. Hoy, a diferencia de 20 años atrás, no basta con llegar, sino que es necesario moverse dentro de la Antártica, lo cual hace el desafío aún mayor.
Aunque el trabajo más intenso de cada temporada polar se concentra en verano, para nosotros la tarea se inició el 1 de julio, con el cierre formal de la Expedición Científica Antártica (ECA) anterior. Desde ese día, hemos solicitado, compilado y organizado todos los requerimientos de cada proyecto; junto con esto, se comienzan a definir las tareas operacionales, de infraestructura, comunicacionales y otras a realizar.
Unidos para explorar la Antártica Chilena
El Instituto Antártico Chileno (INACH) ha consolidado una red de plataformas científico-logísticas de más de 3000 km de extensión, que va desde Punta Arenas hasta el glaciar Unión, a un “paso” del polo sur.
Al crecer y con la necesidad de expandir las zonas de trabajo, dado que la investigación y ciencia lo solicitan, esta temporada el INACH operará 3 bases propias (Prof. Julio Escudero, Guillermo Mann y Yelcho), 3 refugios (Collins, Ripamonti y Risopatrón) y campamentos en, a lo menos, 3 diferentes lugares, siendo uno de estos la lejana isla Lagotellerie, en el sector de bahía Margarita (lat. 67° 53′ 16″ sur). Nos desplazaremos al y en el Continente Blanco con aviones y barcos de las fuerzas armadas nacionales. Dos cruceros llevarán a decenas científicos a recolectar todo tipo de muestras por diferentes puntos de la Antártica.
Los traslados de personas y carga tienen a Punta Arenas como punto de partida. Los vuelos llegan directo al aeródromo Teniente Marsh y los buques a bahía Fildes, ambos en la isla Rey Jorge, desde donde parten estos últimos a recorrer las costas del Continente Helado.
Construiremos laboratorios en la base Carvajal, de la Fuerza Aérea de Chile. En las bases administradas por la Armada (Prat) y el Ejército de Chile (O’Higgins), se ejecutarán valiosas investigaciones gracias a la no menor infraestructura y equipamiento de laboratorios que el INACH ya ha puesto en ellas. El esfuerzo que realiza el país para el avance de la ciencia polar no tendría el impacto que ha alcanzado sino fuera por el apoyo sustantivo que brindan estos operadores antárticos.
Según las necesidades de los investigadores, a veces también solicitamos el apoyo a programas antárticos de otros países, como será el caso de Polonia (base Arctowski) o España (bases Gabriel de Castilla y Juan Carlos I).
Mucho más que logística
El crecimiento de la ciencia polar chilena ha ido alimentando esta mayor movilidad y otras exigencias dentro de las mismas bases. Hemos debido tener mejores comunicaciones y conectividad satelital, botes más grandes y equipados, de materiales con mayor resistencia para el agreste mar antártico. Un ejemplo es el bote Carlos Moreno (en honor al destacado biólogo marino de la Universidad Austral de Chile), que se aprecia en la foto que acompaña este artículo, junto a los integrantes del Departamento Expedición Científica Antártica.
Lo extremo del Continente Blanco le pone un sabor de aventura a todo lo que uno haga allá, pero seguirá siendo un gran desafío lograrlo con total seguridad, como hasta ahora. La ingeniería y tecnología son herramientas para esto, las que deben estar siempre en nuestro pensamiento y mirada, para lograr estos objetivos.
Para esta ECA 53, el desafío aumenta. En busca de las mejores alternativas para el desarrollo del conocimiento, nació la primera nave científica antártica, la pequeña Karpuj (“Albatros de ceja negra”, en lengua yagán). Su nuevo equipo cumple todas las exigencias para navegar en aguas polares, pudiendo realizar estudios oceanográficos, batimétricos, de biomasa, desarrollo de transectas, etc.
Con esto, aumentan exponencialmente las posibilidades, expansión e impacto del Programa Nacional de Ciencia Antártica, conformado hoy por 91 proyectos. La próxima temporada llevaremos más científicos, más lejos y con mejores equipamientos, transformando a esta ECA 53 en la más grande y compleja que ha organizado Chile en el Continente Blanco.