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La carrera hacia el fin del mundo

⊛ 14 de Jun del 2022 ☉ Divulgación y educación Historia Antártica ⎙ Print

No todos los exploradores antárticos han sido asociados necesariamente a hazañas en el mar. Aunque cartografiar las costas y las rutas marítimas era una tarea importante y útil para la navegación y el comercio, también era necesario conocer el blanco interior de la Antártica, con el fin de descubrir sus secretos y dejar una marca en la última tierra desconocida del mundo.

En 1910, el explorador noruego Roald Amundsen zarpó a bordo de la embarcación Fram con la esperanza de ser la primera persona en alcanzar uno de los extremos del mundo. Frustrado porque los británicos Frederick Cook y Robert Peary alcanzaron el polo norte antes que él, decidió que la única aventura que le daría un lugar en la historia sería la más difícil tarea de alcanzar el polo sur geográfico.

Para más urgencia, Amundsen no era el único con ese sueño. Tan solo cinco semanas después del Fram, el inglés Robert Scott —que años antes encabezó la expedición del Discovery—partió a bordo del barco Terra Nova con el mismo objetivo, lo que convirtió el viaje en una carrera por la gloria.

Primer hombre en llegar al polo sur

Ambos exploradores llegaron en enero de 1911 a extremos opuestos de la barrera de hielo de Ross. Luego de un período de preparaciones e investigaciones científicas, cada equipo inició a fines del invierno un largo viaje por la superficie helada del continente. Amundsen confió el transporte a sus perros, mientras que el equipo de Scott decidió que serían los mismos hombres quienes tirarían de los trineos. Además, el británico quiso retomar la ruta abierta por Shackleton y el Nimrod, mientras que el noruego debió explorar un nuevo rumbo para llegar a la meta.

Obsesionado con ser el primero en alcanzar el polo, la expedición de Amundsen comenzó demasiado pronto y debió regresar a la base para no morir congelados. El segundo intento a mediados de octubre tuvo mejor suerte, y a pesar de los peligros y la dificultad del terreno, los cinco miembros de la caravana alcanzaron el polo geográfico el 14 de diciembre de 1911. Satisfecho por no encontrar evidencias de Scott, Amundsen enterró en el hielo la bandera de Noruega, dejó una tienda con provisiones para su competidor —además de una carta para el rey de Noruega con instrucciones para que Scott la entregara— y emprendió el camino de regreso a la base, a la que llegó el 25 de enero. De los 52 perros que los acompañaron, solo 11 permanecieron con vida.

Tan solo tres días después, Scott y su grupo encontraron la bandera noruega y supieron que habían sido derrotados. Sin más que hacer, emprendieron el viaje de regreso, pero pronto descubrieron que la decisión de no usar perros resultaría fatal. Scott se encontró con un clima adverso que hizo casi imposible avanzar; los hombres, agotados y enfermos, no resistieron, y uno a uno fueron muriendo sobre la nieve. Finalmente, a fines de marzo, Scott y los dos últimos miembros de su grupo murieron atrapados por una tormenta.


Extraído de la «Enciclopedia visual de la antártica» y «Huellas Antárticas en Punta Arenas y el estrecho de Magallanes«, para más información consultar el siguiente enlace: