Por: Dr. Aurelio San Martín, B. y Dra. Inmaculada Vaca C.
El ambiente antártico, tanto marino como terrestre, constituye un medioambiente único y extremo cuya micobiota se encuentra muy poco estudiada. Por ello, es un buen lugar donde encontrar cepas fúngicas, distintas a los “hongos cosmopolitas”. Estas cepas antárticas han debido desarrollar diferentes mecanismos para adaptarse a su particular hábitat, lo cual puede incluir la síntesis de metabolitos originales, con estructuras químicas no conocidas hasta el momento.
Durante la expedición realizada a la bahía Fildes, isla Rey Jorge, en diciembre de 2009, nuestro grupo recolectó, por buceo autónomo, diversos macroinvertebrados que fueron procesados para la obtención de las posibles especies fúngicas presentes en ellos.
Hasta el momento, se han conseguido aproximadamente 30 cultivos puros de diferentes hongos filamentosos, lo que nos indica que los macroinvertebrados marinos antárticos son una promisoria fuente de nuevas especies y posiblemente de nuevos compuestos con actividades farmacológicas interesantes.
Lea texto completo en Boletín Antártico Chileno -Vol. 29 N°1, Junio de 2010.