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Primeros Acercamientos a la Antártica

⊛ 13 de Jun del 2022 ☉ Divulgación y educación Historia Antártica ⎙ Print

Sin importar quién fue el verdadero descubridor, la aparición de la Antártica en los mapas mundiales encendió casi de inmediato una insaciable sed de exploración y aventuras que duró casi cien años.

El descubrimiento de América y las mejoras en la tecnología marítima permitieron zarpar a muchas naves desde Europa con la misión de abrir las rutas del Pacífico, encontrar puntos de comercio y reclamar tierras para las Coronas del norte. Uno de ellos fue el portugués Fernando de Magallanes, quien en 1520 exploró el extremo sur de América por Tierra del Fuego y el estrecho que luego llevaría su nombre.

Convencido de que las islas que allí encontró eran solo el principio de un vasto territorio que continuaba más al sur, Magallanes expandió en el mundo la idea concreta de la «Terra Australis Incognita», el continente desconocido. Desde entonces, los mapas que lo retratan han considerado al estrecho de Magallanes como una zona distinta de la Patagonia, como el comienzo de un nuevo mundo aún sin descubrir.

Capitán James Cook

Durante su segundo viaje alrededor del mundo, entre 1772 y 1775, el capitán James Cook visitó varias tierras el hemisferio sur por orden de la Corona británica. Visitó Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África; las islas de Tasmania y Nueva Zelandia, Tahití y cabo de Hornos, al sur de Chile, antes de regresar a Inglaterra, con lo que demostró que estas tierras no estaban conectadas a la Tierra Austral imaginada por los cartógrafos.

A lo largo de este viaje, el capitán y sus marineros se adentraron tres veces en lo que era tierra desconocida, lo que hoy conocemos como el Círculo Antártico. Aunque nunca llegó a encontrar tierra, pudieron observar lo que llamaron «grandes islas de hielo» y debieron soportar las heladas aguas de lo que les pareció un mundo inhóspito y muerto.

No fue sino hasta 1820 que un par de ojos humanos vieron el continente antártico. Con días de diferencia, la tierra austral fue divisada por el explorador ruso Fabian Gottlieb von Bellingshausen y el británico William Smith en viajes distintos, aunque no es posible saber con certeza quién fue realmente el primero.

La era de las exploraciones

Entre los más recordados exploradores de este período se encuentra James Clark Ross, quien entre 1839 y 1845 visitó el continente al mando de las naves HMS Erebus y HMS Terror. Ross exploró y descubrió hitos que hoy conocemos como el mar de Ross, la barrera de hielo de Ross y los volcanes gemelos Erebus y Terror. La expedición también identificó varias especies, entre ellas la foca de Ross.

Otro hito importante fue la Expedición Antártica Británica o Expedición del Discovery, iniciada 60 años después y comandada por el británico Robert Scott. Esta expedición tuvo la misión de desarrollar investigación científica y exploración geográfica en el Continente Blanco. Inició un largo viaje desde Nueva Zelandia hasta Chile, que duró desde 1901 a 1904.

Siglos XIX y XX

Caza y explotación de los recursos antárticos

Junto con los primeros descubrimientos de exploradores en las tierras inexploradas del sur, comenzaron a circular cerca del continente embarcaciones que no tenían como tarea principal el descubrimiento de nuevas áreas, sino el aprovechamiento de los abundantes recursos animales que allí habitaban.

Aunque la explotación de lobos marinos, focas y ballenas durante los siglos XIX y XX significaron casi la completa extinción de varias especies, representaron también los primeros acercamientos sistemáticos a las rutas marítimas del sur de Chile y el continente antártico. Cientos de científicos, misioneros y comerciantes que se dirigían hacia estas zonas poco conocidas se apoyaron en los loberos y pescadores, expertos en surcar los canales, salir de modo seguro al océano y buscar buenos lugares para fondear, con lo cual aportaron al mejor conocimiento de estas latitudes.

Caza de lobos

La caza de lobos de piel fina o lobos de dos pelos comenzó desde fines del siglo XVIII y perduró a lo largo del siglo XIX. Durante este período, embarcaciones de todo tipo llegaron a las costas de la recién descubierta península Antártica y sus islas para atrapar y procesar el aceite y la piel de los lobos marinos, los cuales exportaban a China y otros lugares de Oriente.

Esta cacería descontrolada llevó al borde de la extinción a especies endémicas de la Antártica, pues solo algunos pocos ejemplares pudieron escapar escondiéndose en lugares inaccesibles, donde lentamente crecieron nuevas colonias. Aunque en la actualidad los lobos marinos se consideran fuera de peligro y están protegidos por tratados internacionales, las huellas de la cacería humana pueden ser estudiadas tanto en los restos arqueológicos dejados por los cazadores como en los cambios de colonias y el material genético de los actuales especímenes de lobos marinos.

Caza de ballenas

Aviso de fines de 1800 publicitando barbas de ballena o whalebone para la confección de fibras para prendas de vestir.

A partir de mediados del siglo XIX, el desarrollo de la tecnología pesquera y las crecientes necesidades de la sociedad industrial permitieron el nacimiento de nuevas empresas con el interés y los recursos necesarios para financiar la caza de cetáceos en aguas subantárticas y antárticas.

Apoyadas por financiamientos norteamericanos y británicos, surgieron en Chile importantes empresas dedicadas a esta tarea, como la Sociedad Ballenera de Magallanes (1906), que durante muchos años fue el principal actor en la zona y la primera en establecer en suelo antártico una base en Puerto Foster, isla Decepción.

Extraído de la Enciclopedia visual de la antártica,
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